Desde que se hicieron las balsas y se organizó el consorcio de regantes a imagen y semejanza de Paco Sánchez y Asba, se pasó de los terratenientes tradicionales de familias acomodadas o productores de agua a los especuladores del acopio y venta de agua. Con el cabecilla puesto por Paco Sánchez, o sea José Juan Pérez, las cosas anduvieron bien turbias llegándose incluso a la violencia y quema de coche, cuya consecuencia fue que nos costó 6000 euros de nuestros impuestos la bromita. Pero es que todo el mundo estaba que trinaba con los manipuleos de la directiva del consorcio y la poca transparencia. Muchas eran las voces para que quitaran a este señor de ahí porque era el perro fiel de Asba y de los nuevos dueños del agua, que no todos eran regantes, sino muchos vendedores. O sea, que se hacían su agosto.
Por fin hace poquito se han quitado a este señor presidente del consorcio de encima y ha asumido otra persona estas funciones. Espero que ahora funcione mejor y las cosas sean más claras, baratas y transparentes, porque antes era una explotación y el agua no salía precisamente barata y poner el contador de riego menos aún, lo que generó una guerra entre las distintas comunidades de regantes.
Al parecer la nueva presidenta no es de la cuerda de Paco Sánchez y eso que intentó colar a uno de los suyos. Esta nueva persona lo va a tener jodido porque según parece, presuntamente la cuentas no están muy claras y no se ha agilizado la entrega de libros de cuentas y otras cuestiones de carácter administrativo y económico. Lo dicho, cuando alguien controla algo durante mucho tiempo sin que haya renovación siempre se tiende a enturbiarlo todo y a rentabilizar el cargo que se ocupa. Es un mal endémico de esta sociedad y en los pueblo con excesivo control social y político se da aún más, porque tejen una maraña detrás de la cual se ocultan presuntas irregularidades.